Ir al contenido principal

Entradas

Oración diaria Jeremías 32:38-39

Oración diaria Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. Haré que haya coherencia entre su pensamiento y su conducta, a fin de que siempre me teman, para su propio bien y el de sus hijos. Jeremías 32:38-39 Señor nuestro Dios, tú quieres ser nuestro Dios y quieres que seamos tu pueblo. Danos la integridad interior y el poder para discernir y rechazar todo lo que no viene del corazón, para que todo sea genuino entre nosotros. Entonces no entrarán ni mentiras ni engaños, y la honestidad y la bondad brotarán de nuestros corazones para la gloria de la verdad, la gloria del evangelio y la gran esperanza que das por medio del evangelio. Guarda nuestros corazones. Protege el bien que está sembrado en ellos, para que crezca, prospere y dé fruto. Amén.

Oración diaria Juan 4:23-24

Oración diaria  Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. Juan 4:23-24 Señor nuestro Dios, te damos gracias por estar entre nosotros como nuestro Padre y permitirnos ser tus hijos en la tierra. Te agradecemos que podamos encontrar vida en espíritu y en verdad como tus hijos. Concede que cada uno de nosotros descubra cómo se puede elevar nuestra vida en la tierra por medio de tu Espíritu, pues él nos puede dar lo que no poseemos, para que nuestro trabajo diario, toda nuestra lucha y sacrificio por las cosas externas de la vida, sean impregnadas de lo más alto y sublime. Tu Espíritu nos puede cuidar de caer en caminos viles y superficiales y de perdernos en experiencias mundanas efímeras, sin importar cuánto cautiven nuestra atención. Te damos gracias por todo lo que has hecho p

Oración Isaías 61:1-2 diaria para el 17 de julio

El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo. Isaías 61:1-2 Señor nuestro Dios, luz de la humanidad en Cristo Jesús, llenos de alegría y confianza te pedimos acceso a tu poder omnipotente, tu poder contra toda maldad, pecado, muerte y esclavitud. Que nos sintamos cercanos a tu poder omnipotente. Escucha nuestro llanto, ya que somos y siempre seremos tus hijos, a quienes has prometido redención y liberación. Juntos nos aferramos a esta promesa y venimos ante ti diciendo: «Nosotros somos tus hijos en Jesucristo el Salvador, a quien tú has enviado a nosotros». Escúchanos a tus hijos; bendícenos a cada uno, y bendícenos como un pueblo, y permítenos servirte en medio del sufrimiento de nuestr

Oración de la mañana

Señor, en el silencio de este día que nace, vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza. Hoy quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor. Ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno. Ver a tus hijos detrás de las apariencias, como los ves tu mismo, para así poder apreciar la bondad de cada uno. Cierra mis oídos a toda murmuración. Guarda mi lengua de toda maledicencia. Que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mi. Quiero ser tan bienintencionado y bueno que todos los que se acerquen a mi sientan tu presencia. Revísteme de tu bondad señor y haz que en este día yo te refleje. Amén.

Puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe, mediante la oración (orar es hablar con Dios.

 

Puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe, mediante la oración (orar es hablar con Dios).

Dios conoce tu corazón y no tiene tanto interés en tus palabras, sino más bien en la actitud de tu corazón.
La siguiente oración se sugiere como guía:

“Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que Tú quieres que yo sea.”

¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón?

Si es así, haz esta oración ahora mismo y Cristo entrará a tu vida tal como lo prometió. A través de Su poder comenzarás a experimentar la clase de paz, control y abundancia que sólo Él puede dar.

La siguiente oración se sugiere como guía:

“Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que Tú quieres que yo sea.”

¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón?

Si es así, haz esta oración ahora mismo y Cristo entrará a tu vida tal como lo prometió. A través de Su poder comenzarás a experimentar la clase de paz, control y abundancia que sólo Él puede dar.

Salmo 59:16-17

  • Dios ofrece amor “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”1. Dios ofrece vida “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado”2.
  • Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia. A ti, fortaleza mía, te cantaré salmos, pues tú, oh Dios, eres mi protector. ¡Tú eres el Dios que me ama! Salmo 59:16-17 Señor Dios, glorificamos tu nombre. ¡Cuánto deseamos que nuestras voces pudieran resonar por todo el mundo, proclamando las grandes proezas que has hecho por nosotros, alabándote porque podemos acercarnos a ti por medio de Jesucristo, adorarte, honrarte y agradecerte por toda tu bondad! Protege a todos tus hijos, para que se aferren a la fe y permanezcan fieles al mensaje del evangelio. Que te alabemos y demos gracias por todo lo que has hecho este día, y por tu obra en muchos corazones que todavía desconocemos. Tu Espíritu reina y llama a la gente para acercarla a ti, el Padre celestial. Cuídanos y sigue bendiciéndonos. Ayúdanos a los que pertenecemos a tu pueblo, y protégenos durante la noche. Amén.