Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de junio 30, 2024

Romanos 8:22-24a

Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Romanos 8:22-24a Señor nuestro Dios,  te damos gracias por el gran llamado que nos has dado. Te agradecemos que, entre todos los males del mundo actual, nos das la fe y esperanza que nos estás guiando a un destino que es bueno, y que tú nos haces libres. Tú liberas a tus hijos, para que un nuevo espíritu pueda llegar a toda la humanidad, una nueva vida y un nuevo poder para servirte, en este tiempo y por la eternidad. Alabado sea tu nombre, que siempre podamos tener esperanza; nada nos puede desalentar, sino que todo debe trabajar unido para el bien, conforme a tu gran propósito. Concede que tu compasión llegue a todo el mundo, a todos los pueblos, que has

Romanos 8:31-32

¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? Romanos 8:31-32 Señor nuestro Dios, nuestro Padre en el cielo y la tierra, te pedimos que nos bendigas, a tus hijos, porque queremos ser tus hijos y nada más. Queremos tener la alegría y el deleite de saber que te pertenecemos, el todopoderoso Dios, quien comenzó y culminará la redención sobre la tierra por medio de Jesucristo, nuestro Salvador. Bendice tu Palabra en nosotros. Danos valor en el sufrimiento y la aflicción, para que nos permitas servirte en todas las circunstancias, aun cuando nos parezca difícil. Tu nombre será honrado en nosotros y tu reino vendrá. Tan seguro como la tierra perdura, todo se hará conforme a tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Amén.

Proverbios 4:11-12

Yo te guío por el camino de la sabiduría, te dirijo por sendas de rectitud. Cuando camines, no encontrarás obstáculos; cuando corras, no tropezarás. Proverbios 4:11-12 Amado Padre que estás en el cielo, tú eres nuestro Dios. Tú nos gobiernas y nos guías, y nuestra confianza permanece en ti, aun cuando tantas necesidades presionan nuestro corazón y tratan de arrastrarnos en su turbulencia. Pedimos tu protección. Que tu mano divina nos gobierne, para estar conscientes del llamado que hemos recibido de ti, y siempre tengamos luz alumbrando en nuestras vidas para indicarnos cómo servirte. Permite que obre tu poder en esta tierra, dondequiera que los corazones respondan a ti, dondequiera que se revele la fuerza de Jesucristo, y que todos reconozcan sus obras para honor tuyo. Acompaña a tus hijos más humildes y más ignorados. Guárdalos en tus manos y capacítalos para ser colaboradores que perseveran con valentía y confianza, hasta el momento cuando te reveles a todos los pueblos de la tierra

Lucas 13:29-30

Habrá quienes lleguen del oriente y del occidente, del norte y del sur, para sentarse al banquete en el reino de Dios. En efecto, hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos. Lucas 13:29-30 Amado Padre que estás en el cielo, Dios Todopoderoso, concede que las naciones lleguen a estar bajo tu reinado, bajo tu juicio, desde la mañana hasta la noche, desde el este al oeste y del norte al sur. Porque tu voluntad se debe cumplir y tu nombre debe ser honrado entre todas las naciones. Tuyo solo es el reino; todos los reinos te pertenecen. Tu reino celestial debe venir, para que finalmente aprendamos a estar en paz y nos volvamos tus hijos, que se someten a ti. Porque Cristo llevará a cabo tu voluntad amorosa, misericordiosa y perfecta en todo el mundo. Te damos gracias por todo el bien que tú quieres darnos. Que tus ángeles nos guarden esta noche. Acompáñanos en todo lo que hacemos y dejamos sin terminar. Ayúdanos con tu mano firme, para poder regocijarnos de corazón en todo

Mateo 11:25

En aquel tiempo Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños». Mateo 11:25 Señor nuestro Dios, te damos gracias por tu Palabra, que es luz y fortaleza para nosotros. Te agradecemos por todo lo que nos das. Te damos gracias que podemos ser contados entre los sencillos de corazón, entre los niños. Nosotros no queremos ser nada grande en el mundo. Solamente queremos estar contigo como tus hijos, como niñitos indefensos, cuidados por ti, el Creador y Padre de todos. Concédenos tu bendición. Ayúdanos en todo lo que es bueno y recto, también en nuestro trabajo diario, para que podamos ser tus hijos y hacer lo que has mandado. Que tu nombre sea honrado en todo tiempo, que venga tu reino y se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, y no nos dejes cae

Salmo 59:16-17

Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia. A ti, fortaleza mía, te cantaré salmos, pues tú, oh Dios, eres mi protector. ¡Tú eres el Dios que me ama! Salmo 59:16-17 Señor Dios, glorificamos tu nombre. ¡Cuánto deseamos que nuestras voces pudieran resonar por todo el mundo, proclamando las grandes proezas que has hecho por nosotros, alabándote porque podemos acercarnos a ti por medio de Jesucristo, adorarte, honrarte y agradecerte por toda tu bondad! Protege a todos tus hijos, para que se aferren a la fe y permanezcan fieles al mensaje del evangelio. Que te alabemos y demos gracias por todo lo que has hecho este día, y por tu obra en muchos corazones que todavía desconocemos. Tu Espíritu reina y llama a la gente para acercarla a ti, el Padre celestial. Cuídanos y sigue bendiciéndonos. Ayúdanos a los que pertenecemos a tu pueblo, y protégenos durante la noche. Amén.

Puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe, mediante la oración (orar es hablar con Dios.

 

Puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe, mediante la oración (orar es hablar con Dios).

Dios conoce tu corazón y no tiene tanto interés en tus palabras, sino más bien en la actitud de tu corazón.
La siguiente oración se sugiere como guía:

“Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que Tú quieres que yo sea.”

¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón?

Si es así, haz esta oración ahora mismo y Cristo entrará a tu vida tal como lo prometió. A través de Su poder comenzarás a experimentar la clase de paz, control y abundancia que sólo Él puede dar.

La siguiente oración se sugiere como guía:

“Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que Tú quieres que yo sea.”

¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón?

Si es así, haz esta oración ahora mismo y Cristo entrará a tu vida tal como lo prometió. A través de Su poder comenzarás a experimentar la clase de paz, control y abundancia que sólo Él puede dar.

Salmo 59:16-17

  • Dios ofrece amor “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”1. Dios ofrece vida “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado”2.
  • Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia. A ti, fortaleza mía, te cantaré salmos, pues tú, oh Dios, eres mi protector. ¡Tú eres el Dios que me ama! Salmo 59:16-17 Señor Dios, glorificamos tu nombre. ¡Cuánto deseamos que nuestras voces pudieran resonar por todo el mundo, proclamando las grandes proezas que has hecho por nosotros, alabándote porque podemos acercarnos a ti por medio de Jesucristo, adorarte, honrarte y agradecerte por toda tu bondad! Protege a todos tus hijos, para que se aferren a la fe y permanezcan fieles al mensaje del evangelio. Que te alabemos y demos gracias por todo lo que has hecho este día, y por tu obra en muchos corazones que todavía desconocemos. Tu Espíritu reina y llama a la gente para acercarla a ti, el Padre celestial. Cuídanos y sigue bendiciéndonos. Ayúdanos a los que pertenecemos a tu pueblo, y protégenos durante la noche. Amén.