“Y él estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal, pero lo despertaron diciendo: ¡Maestro! ¿No te importa que perezcamos?”*
Marcos 4:38
En todo lugar, en todo momento, ante toda situación el buen Jesús tiene cuidado de sus hijos. *En la calma de su presencia encontramos paz, esa paz infinita que no se difumina con las tempestades de la vida, sino permanece en el corazón de quien le busca sinceramente.*
No hay tempestad que tome por sorpresa a Jesús.
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