Ir al contenido principal

San Valentín historia



A pesar del reconocimiento de san Valentín de Roma como el fundador e iniciador de la fiesta el 14 de febrero, también se asocia a otros religiosos mártires con el nombre Valentín.[4] Esto no socavó la leyenda principal en la que se fundamenta la festividad: San Valentín casaba a soldados con sus prometidas en las mazmorras de las cárceles del imperio en los tiempos en que el cristianismo fue prohibido por Claudio II.[1] Al enterarse de los votos matrimoniales que realizaba el santo, mandó capturarlo y traerlo frente a él para que se excusara; al parecer, Claudio no tenía más intención que solo reprenderlo y desterrarlo, pero por influencia de otros altos funcionarios mandó decapitar a san Valentín.[5] Los días que estuvo esperando en prisión para su ejecución vio que la hija del juez de la prisión era ciega, y oró pidiendo a Dios que la joven tuviera la dicha de poder ver, durante su traslado a la plaza pública para su ejecución.[6] San Valentín le regaló un papelillo a la joven para que lo leyera. Ella, sin entender el motivo, ya que era ciega, abrió el papel y por primera vez logró ver y lo primero que vio era una frase que decía «Tu Valentín» como forma de despedida.[7][6] Algunos historiadores que apoyan este relato como el único y verdadero aseguran que Valentín se llegó a enamorar de la joven, por lo cual su simbolismo como santo del amor fue mayor.[5]




Posterior a la leyenda de Valentín de Roma,[7] la Iglesia católica, ya como religión oficial de Roma y con el papa Gelasio I como líder, buscaba la eliminación de las fiestas lupercales, en donde según la tradición se sacrificaban perros y cabras para desollarlos y con la piel hacer látigos improvisados que usar sobre las mujeres para asegurar su fertilidad.[5][8] La Iglesia católica buscó una forma de hacer desaparecer esta celebración sin que la población protestase y escogió la vida noble de Valentín para que representase el amor entre humanos, con fecha el 14 de febrero del nuevo calendario gregoriano.[8] La fiesta poco a poco fue asimilándose al día de la fertilidad y las lupercales quedaron reducidas hasta prácticamente su desaparición.[9] Se tiene registro de que el primer día de San Valentín fue celebrado el 14 de febrero de 494. La fiesta fue oficial en la Iglesia católica hasta que el papa Pablo IV dejó de celebrarlo y finalmente en 1965 durante el Concilio Vaticano II con Pablo VI se eliminó la fiesta del calendario litúrgico.[10][11]




Desde el punto de vista popular la fiesta de san Valentín es interpretada como una oportunidad de celebrar el amor y el cariño, independientemente de la religión que se profese. Las celebraciones fueron variando con los siglos, siendo la Edad Media el período donde quedaría impregnado san Valentín con el amor cortés en donde se expresaba el sentimiento de afecto de una forma sincera, noble y con declaraciones poéticas románticas y las referencias al corazón y al dios romano Cupido.[10] Años más adelante se incluyó la amistad como una propiedad de san Valentín, y desde la revolución industrial a mediados del siglo xx, la mercadotecnia del capitalismo creó numerosos productos relacionados con el día de san Valentín, permitiendo que la fiesta llegue a lugares donde no se practica el cristianismo y donde ni siquiera están presentes las costumbres occidentales.[5]

Comentarios

Puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe, mediante la oración (orar es hablar con Dios.

 

Puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe, mediante la oración (orar es hablar con Dios).

Dios conoce tu corazón y no tiene tanto interés en tus palabras, sino más bien en la actitud de tu corazón.
La siguiente oración se sugiere como guía:

“Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que Tú quieres que yo sea.”

¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón?

Si es así, haz esta oración ahora mismo y Cristo entrará a tu vida tal como lo prometió. A través de Su poder comenzarás a experimentar la clase de paz, control y abundancia que sólo Él puede dar.

La siguiente oración se sugiere como guía:

“Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que Tú quieres que yo sea.”

¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón?

Si es así, haz esta oración ahora mismo y Cristo entrará a tu vida tal como lo prometió. A través de Su poder comenzarás a experimentar la clase de paz, control y abundancia que sólo Él puede dar.

Entradas más populares de este blog

Puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe, mediante la oración (orar es hablar con Dios.

Dios conoce tu corazón y no tiene tanto interés en tus palabras, sino más bien en la actitud de tu corazón.   La siguiente oración se sugiere como guía: “Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que Tú quieres que yo sea.” ¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón? Si es así, haz esta oración ahora mismo y Cristo entrará a tu vida tal como lo prometió. A través de Su poder comenzarás a experimentar la clase de paz, control y abundancia que sólo Él puede dar. La siguiente oración se sugiere como guía: “Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Haz

Hebreos 10:22

Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura. Hebreos 10:22 Señor nuestro Dios, concédenos verdadera unidad con tu hijo Jesucristo, para que se revele su poder en nosotros y encontremos una nueva vida con la que podamos servirte de verdad. Protégenos de todo error. Permanece entre nosotros con tu Espíritu, para hacernos un pueblo sincero. Que tu voluntad se lleve a cabo cada vez más en este tiempo. Que tu voluntad intervenga para que llegue una nueva creación, nuevos cielos y nueva tierra, como se nos ha prometido. Que tu nombre sea grande entre nosotros, que venga tu reino y que todo en el cielo y en la tierra se haga conforme a tu voluntad. Amén.

Filipenses 1:6

Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús. Filipenses 1:6 Amado Padre que estás en el cielo, te damos gracias por la obra que estás haciendo. Te agradecemos porque obras por medio de personas de todo tipo y vocación; y por medio de muchos corazones que conocen tu bondad. Te damos gracias por la gran obra realizada por el Señor Jesús, quien triunfará sobre el mundo con paciencia y mansedumbre. Él triunfará sobre el mundo, abriendo una puerta amplia para todos, incluyendo a los más pobres entre los pobres, para que vengan a ti, su Padre celestial. Concédenos permanecer firmes y fieles con la luz que se nos ha dado. No nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal. Porque el reino, el poder y la gloria son tuyos para siempre. Amén.

Salmo 59:16-17

  • Dios ofrece amor “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”1. Dios ofrece vida “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado”2.
  • Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia. A ti, fortaleza mía, te cantaré salmos, pues tú, oh Dios, eres mi protector. ¡Tú eres el Dios que me ama! Salmo 59:16-17 Señor Dios, glorificamos tu nombre. ¡Cuánto deseamos que nuestras voces pudieran resonar por todo el mundo, proclamando las grandes proezas que has hecho por nosotros, alabándote porque podemos acercarnos a ti por medio de Jesucristo, adorarte, honrarte y agradecerte por toda tu bondad! Protege a todos tus hijos, para que se aferren a la fe y permanezcan fieles al mensaje del evangelio. Que te alabemos y demos gracias por todo lo que has hecho este día, y por tu obra en muchos corazones que todavía desconocemos. Tu Espíritu reina y llama a la gente para acercarla a ti, el Padre celestial. Cuídanos y sigue bendiciéndonos. Ayúdanos a los que pertenecemos a tu pueblo, y protégenos durante la noche. Amén.