Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones. Hacer justicia y juicio es a Jehová Más agradable que sacrificio. Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado. Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza. Amontonar tesoros con lengua mentirosa Es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte. La rapiña de los impíos los destruirá, Por cuanto no quisieron hacer juicio. El camino del hombre perverso es torcido y extraño; Mas los hechos del limpio son rectos. Mejor es vivir en un rincón del terrado Que con mujer rencillosa en casa espaciosa. El alma del impío desea el mal; Su prójimo no halla favor en sus ojos. Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio; Y cuando se le amonesta al sabio, aprende ciencia. Considera el justo la casa del impío, Cómo los impíos son trastornados por el mal. El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído. La dádiva en secreto calma el furor, Y el don en el seno, la fuerte ira. Alegría es para el justo el hacer juicio; Mas destrucción a los que hacen iniquidad. El hombre que se aparta del camino de la sabiduría Vendrá a parar en la compañía de los muertos. Hombre necesitado será el que ama el deleite, Y el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá.
Dios conoce tu corazón y no tiene tanto interés en tus palabras, sino más bien en la actitud de tu corazón. La siguiente oración se sugiere como guía: “Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que Tú quieres que yo sea.” ¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón? Si es así, haz esta oración ahora mismo y Cristo entrará a tu vida tal como lo prometió. A través de Su poder comenzarás a experimentar la clase de paz, control y abundancia que sólo Él puede dar. La siguiente oración se sugiere como guía: “Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Haz
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