*Seguir a Jesús tiene un precio, las cosas verdaderamente valiosas de la vida tienen costo.* Jesús conocía de antemano los sufrimientos que su pueblo padecería por su causa, pero ¿sabes qué es lo mejor? Él pensó en una recompensa que no se equipara a todo el dolor que aquí podemos sufrir cuando dijo: *“Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a todos los profetas que vivieron antes que ustedes” (_Mateo 5: 12_)*. *Aférrate a esa promesa, confía en quien nunca defrauda: Cristo Jesús.*