*Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13.*
"Debemos dar a Dios todo el corazón, si no, el cambio que se ha de efectuar en nosotros, y por el cual hemos de ser transformados conforme a su semejanza, jamás se realizará."
"La religión pura tiene que ver con la voluntad. La voluntad es el poder que gobierna en la naturaleza del hombre poniendo todas las otras facultades bajo su dominio. La voluntad no es el gusto o la inclinación, sino el poder decisivo que obra en los hijos de los hombres la obediencia a Dios o la desobediencia."
"Debemos dejar todo lo que aleje el corazón de Dios. Los tesoros son el ídolo de muchos. El amor al dinero y el deseo de las riquezas son la cadena de oro que los tiene sujetos a Satanás. Otros adoran la reputación y los honores del mundo. Una vida de comodidad egoísta, libre de responsabilidad, es el ídolo de otros. Mas deben romperse estos lazos de servidumbre. No podemos consagrar una parte de nuestro corazón al Señor, y la otra al mundo. No somos hijos de Dios a menos que lo seamos enteramente."
"Desear ser bondadosos y santos es rectísimo; pero si sólo llegáis hasta allí de nada os valdrá. Muchos se perderán esperando y deseando ser cristianos. No llegan al punto de dar su voluntad a Dios. No eligen ser cristianos ahora."
"Una vida pura y noble, de victoria sobre nuestros apetitos y pasiones, es posible para todo aquel que une su débil y vacilante voluntad a la omnipotente e invariable voluntad de Dios."
*FELIZ Y BENDECIDO DÍA
Oración diaria para el 4 de febrero —Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. Juan 14:6 Señor nuestro Dios, ayúdanos a quienes hemos escuchado las buenas nuevas en el nombre de Jesucristo. Ayúdanos a llegar con todo nuestro corazón al Salvador, quien nos dirige a tu encuentro. Escucha nuestras súplicas y permite que la luz de tu rostro resplandezca sobre el mundo. Haz que la nueva era llegue pronto. Envía tu salvación al mundo para gloria de tu nombre, para que la verdad que hemos aprendido de ti se convierta en realidad en nuestros corazones, y toda nuestra vida pueda ser genuina, arraigada en la verdad, guiándonos al cielo, para la honra de tu nombre. Escúchanos, oh Señor nuestro Dios. Encomendamos ante ti nuestras personas y nuestra vida diaria. Queremos ser fieles. Ayúdanos a ser tus hijos, conscientes en todo momento que te pertenecemos. Amén.
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